¿Qué comer para reducir la huella hídrica?

Solemos preocuparnos por lo que sucede con el agua que sale de los grifos en las casas, pero en pocas ocasiones pensamos en todos los litros que indirectamente consumimos cuando comemos una hamburguesa, un filete de pollo o un plato de pasta. ¿Te lo has preguntado alguna vez? Eso es, exactamente, lo que es la huella hídrica alimentaria. 

Por
Catalina Lobo

¿Cuánta agua se utiliza para producir lo que comemos?

Acuñado en 2002 por los investigadores de la Universidad de Twente (Países Bajos), Arjen Hoekstra y Mesfin Mekonnen, el indicador de la huella hídrica (HH) es la cantidad de agua dulce que hace falta, directa o indirectamente, para producir un determinado producto desde su origen hasta que llega al consumidor final.  


Foto de Estudio Lelle.

En un mundo en el que los recursos hídricos son cada vez más escasos, principalmente por el cambio climático, el aumento de población y la incesante demanda de producción de bienes, es fundamental medir la huella hídrica y trabajar para intentar reducirla al máximo optimizando procesos, implementando medidas más eficaces y generando más conciencia medioambiental. No solo en las empresas, también en los consumidores.


Además del textil, la industria alimentaria es el sector en el que la huella hídrica es mayor: concretamente el 70% de la huella hídrica mundial está relacionada con lo que comemos. 

Los productos que más agua gastan son los cereales, la carne y la leche; mientras que los menos demandantes son frutas, verduras y pescados. 

Para tomar conciencia de lo que comemos, en la web de Water Footprint Network se puede consultar la huella hídrica de los distintos productos, tanto materias primas como alimentos elaborados. 


Foto de Estudio Lelle

Mientras que un calabacín necesita 353 litros de agua y una coliflor 237, una pizza margarita requiere de 1.259 litros, una jarra de cerveza de 74 litros, y –atención– un solo de filete de ternera, 15.437 litros.  

Actualmente también contamos con aplicaciones como We Eat Water, que nos permiten calcular nuestra huella hídrica con la finalidad de preservar el medioambiente mientras cuidamos nuestra salud con una dieta sana y equilibrada.

España y su huella hídrica

Para nadie es un secreto que hoy en día el ritmo de nuestro consumo de recursos supera la capacidad de producirlos. Se calcula que una persona debe gastar aproximadamente 100 litros de agua al día para satisfacer todas sus necesidades, incluyendo las de higiene. 

6.700

 litros de agua por habitante al día es la aterradora huella hídrica actual de España. 

Aunque esta medición no solo incluye el consumo en higiene y alimentación, sino también la ropa, transporte, etc, estos datos nos colocan en un nada honroso 8º lugar en el ranking de países con más huella hídrica en el mundo (liderado por Mongolia, Níger y Bolivia) y en el 2º en Europa (solo después de Noruega). Esto que significa que tenemos una asignatura pendiente y, sobre todo, mucho trabajo por hacer.

 

Los gobiernos y la industria deben hacer un trabajo a gran escala, tomar medidas efectivas y asumir responsabilidades, utilizando insumos menos agresivos con el entorno y fabricando productos que puedan ser reutilizados.


Foto de Estudio Lelle.

En busca de aminorar el consumo de agua en el país, ha nacido EsAgua; que une a empresas españolas pioneras, entre las que se incluyen cerveceras, azucareras o compañías energéticas, y cuyo objetivo es disminuir su huella hídrica de forma directa e indirecta a través de la sostenibilidad y del paso de una economía lineal a una economía circular.

Entre sus compromisos concretos para lograrlo está mejorar la calidad de los vertidos, monitorizar el consumo de agua y reducir los consumos energéticos y químicos


¿Cómo podemos disminuir la huella hídrica como ciudadanos?

El estudio Evaluating the Water Footprint of the Mediterranean and American Diets, publicado por el Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Medioambientales (CEIGRAM) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), asegura que seguir la dieta mediterránea es una excelente opción para reducir la huella hídrica a la vez que nos cuidamos.  

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Foto de Estudio Lelle

Aproximadamente el 47% de sus ingredientes son verduras y legumbres, y el 63 % restante frutas, huevos, grasas y productos de origen animal, en especial pescados y mariscos, y con un uso muy moderado de margarinas, azúcares, lácteos y carnes.  

La dieta mediterránea supone un ahorro de 4.003 litros por persona y día, según el estudio Evaluating the Water Footprint of the Mediterranean and American Diets. 

Establecer patrones de consumo sostenible y saludable es el gran reto que tenemos como ciudadanos. Algunas de las mejores maneras de consumir menos agua de forma indirecta, es optar por alimentos de temporada que se produzcan cerca de nuestra casa y elegir pescados, frutas y vegetales antes que productos cárnicos. Reusar, reciclar y hacer un uso responsable del agua con nuestras prácticas de cada día: poniendo el lavaplatos en lugar de fregar o ducharnos en vez de bañarnos. Cada gota cuenta.  

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