Comer anchoas para salvar nuestros océanos

La población del planeta crece y con ello sus capacidades y recursos se ven comprometidos. Uno de los grandes retos para la humanidad será poder alimentarnos a todos en un futuro.  

Según los datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) la sobrepesca afecta al 31,4% de las especies con valor comercial.

Algunas organizaciones marinas, como la ecologista Oceana, opinan que para contribuir a una mejor alimentación mundial, se necesita realizar una mejor gestión de la pesca y aumentar la población de peces en los océanos.

Es por esto que su campaña “Save the Oceans and Feed the World”, lanzada en Londres con motivo del día de los Océanos, propone fomentar el consumo sostenible de pescado, sin agotar especies en vías de extinción.

VALORAR A LOS PEQUEÑOS 

Pescados como la anchoa, la sardina, el arenque, la caballa o el jurel, los llamados ‘peces forrajeros’, en muchas ocasiones son capturados sólo para la elaboración de harinas y aceites.

Oceana propone devolver a estos pescados su condición de alimentos, y cataloga su consumo como un alimento de calidad que garantiza el futuro. Por ello, reconoce su alta capacidad nutritiva y promueve recuperar su importancia.

Debemos de pensar en un aprovechamiento más racional de los recursos marinos, tener escalas más razonables que ayuden a salvar la vida de especies más grandes que están en riesgo, y fomentar la pesca y el consumo sostenible de los pequeños.

Ya son muchas las empresas que se han concienciado al respecto. Grupo Consorcio, por ejemplo, hace campañas en Perú para fomentar el consumo de anchoveta, la anchoa propia de este país, que tradicionalmente se destina a la elaboración de harinas de pescado.

¡Las anchoas pueden salvar los océanos! Su consumo marca el camino a seguir hacia un mundo donde la gastronomía nos abre nuevas posibilidades.

PEQUEÑOS EN TAMAÑO, GRANDES EN NUTRIENTES 

Su carne apenas contiene hidratos de carbono y cuenta con hierro, sodio, potasio, fósforo, calcio y vitaminas A y B, destacándose así por sus bondades nutricionales. Las del Cantábrico, por ejemplo,  que se caracterizan por un sabor intenso y personalísimo aroma, son muy ricas en proteínas y omega 3, propiedades que sin duda hacen de ellas un magnífico alimento.

“Los peces pequeños como las anchoas son generalmente los mejores”, dice Patricia Majluf, vice-presidenta de Oceana en Perú, ya que aparte de sus altos niveles nutricionales no poseen mercurio como es el caso de otras especies.

ESTRELLA DE LA COCINA  

Para la causa de salvar el mundo, Ferran Adrià y otros prestigiosos chefs lideran una campaña global, una pequeña gran revolución contra la sobre-explotación de especies marinas.  

En una reunión que tuvo lugar en el Basque Culinary Center (BCC) de San Sebastián quedó acordado resaltar la capacidad culinaria de la anchoa, la sardina y el arenque, convirtiéndolos en el centro de sus creaciones culinarias para así fomentar su consumo.  

El chef peruano Gastón Acurio, del restaurante Astrid y Gastón, es uno de los cocineros que utiliza la anchoa en sus platos desde hace tiempo. El chef afirma que "estamos dejando sin usar una comida maravillosa” y propone su recuperación.  

Pedro Subijana con relación a las bondades de estos diminutos seres, dice que siempre los empleó en los platos de su restaurante Akelarre: “En los años noventa empezamos a utilizar pescados que no eran habituales y la clientela los rechazaba”. 

Si los mejores chefs del mundo dan su acogida y reconocen, no solo el valor culinario de estas especies sino también su rol de héroes, ¿porqué no hacer lo mismo? Es, sin duda alguna, la forma más deliciosa de ayudar al planeta.